«Jamás volveré a depilarme con cuchilla». Que levante la mano la que no haya dicho esta frase nunca. O mejor aún, que levante la mano la que lo ha dicho y no ha cumplido su promesa… Bueno, pues yo soy una de ellas. Y además, lo he incumplido en infinitas ocasiones… y es que cuando llevas un ritmo de vértigo en el trabajo no tienes tiempo de ocuparte de ti misma y a veces toca acudir a lo práctico que no siempre es lo mejor…
Si te encuentras o te has encontrado en esta situación te traigo la solución…
Se trata de la cuchilla Gillette Venus Breeze. Sus recambios tienen tres hojas rodeadas de una especie de «gel duro» muy suave que al entrar en contacto con la piel y el agua se transforma en espuma. El resultado de la depilación es rápido, perfecto y además la piel se queda muy suave. No irrita absolutamente nada (y lo dice una con la piel hipersensible) y sobre todo no pica. No sé a vosotras me a mí me suele picar cuando el vello empieza a crecer y con estas cuchillas eso no pasa. Además, la piel aguanta más tiempo depilada que con otras marcas. No puedo decir que el resultado sea como la cera o el láser pero para una situación de emergencia (o si no te animas con otro tipo de depilaciones) es una excelente alternativa.
Gillete Venus Breeze se vende en supermercados, hipermercados y droguerías. Tendréis que comprar por primera vez el mango con la cuchilla en sí (como lo que se ve en la foto) y después ya solo los recambios que vienen en paquetes de cuatro unidades (también los he visto en Amazon de ocho unidades).
Su precio aproximado es de 6 euros (la maquinilla) y los cuatro recambios cuestan aproximadamente 12 euros. Su duración es mucho mayor que la de una cuchilla convencional, así que aunque son un poco más caros, merece la pena comprarlos.
Feliz día y hasta el próximo post.